Pedagogía y Accesibilidad

Por Ana M. Ungaro e Ivana Harari

Pensar una facultad accesible es un desafío pedagógico y mucho más, interpela  nuestras prácticas y nos hace transitar por caminos desconocidos y en eso estamos…

En esta oportunidad nos interesa reflexionar acerca de dos cuestiones: la pedagogía y la accesibilidad. En relación a lo pedagógico venimos proponiendo distintos debates desde los comienzos y de manera explícita, pero  en lo que respecta a la problemática de la accesibilidad, esta no es una discusión planteada de manera evidente, aunque sí contenida en los supuestos pedagógicos que guían nuestro hacer.

La preocupación por  atender lo particular en lo diverso en un contexto de masividad, desafía y tensiona los haceres cotidianos de las practicas académicas y pedagógicas. Por un lado, incita a la búsqueda de recorridos y caminos que se hagan eco del reconocimiento de los diferentes sujetos  y por otro lado, nos cuestiona e interpela a los que damos vida a las instituciones como también a la función social que las mismas tienen.

Considerando que el dinamismo y el cambio hacen rodar al mundo y que la velocidad es una característica epocal, la educación no puede quedar fuera de esto y por eso requiere una permanente revisión, desde su espiral de construcción. En esta línea hace ya varios años que venimos trabajando haciendo hincapié en la trama que conforman lo pedagógico y lo accesible.

El trabajo articulado entre la Dirección de Accesibilidad y la Dirección Pedagógica de la Facultad de Informática ha permitido la unión de esfuerzo y trabajo, tanto con los docentes como con aquellos alumnos con dificultades (sordos, mudos, ciegos, discapacitados físicos y TGE).

Los primeros pasos dados consistieron en el relevamiento y contacto temprano con los alumnos ingresantes que tuvieran alguna discapacidad. Desde el momento de la inscripción a las diferentes carreras que ofrece la facultad, se los entrevista para poder atender su problemática y responder ante ello en todo lo que respecto a recursos informáticos a adquirir, adaptaciones a realizar y recursos humanos (como intérprete de señas).

A los docentes tanto del curso de ingreso como de primer año, y al personal administrativo se le informa de estos casos, para que  tomen las acciones necesarias en pos de lograr la inclusión del alumno en los distintos ámbitos.

Transcurrido el año de trabajo y habiendo evaluado las acciones, se van ajustando los diálogos con los docentes y se comienza a plantear la posibilidad de que los alumnos sean acompañados por un tutor que los asista en las asignaturas de primer año, constituyendo, además, un canal de comunicación entre el alumno y la institución.

Por ejemplo, los chicos con ceguera, requieren material en digital y con anticipación, para que puedan ser leídos vía un lector de pantallas. A su vez, requieren que los repositorios virtuales y medios de comunicación utilizados por las cátedras sean accesibles y respeten las normas internacionales sobre accesibilidad Web. Por su parte, los chicos hipoacúsicos y sordos que leen los labios necesitan poder observar al ayudante frente a frente y esto se dificulta en las clases prácticas con dos o tres ayudantes para cincuenta alumnos. Para solucionar esto se debe brindar la posibilidad de contar con explicaciones particulares.

Estas situaciones y muchas más deben ser atendidas para lograr un correcto proceso de inclusión e integración.  Hoy continuamos trabajando y avanzando, por un lado hemos incrementado el número de tutores y por otro se está avanzando en la producción de material didáctico de apoyo audiovisual que estará disponible para los estudiantes de la facultad.

Esta experiencia nos permite  pensar en la importancia de conformar un equipo de trabajo que tenga continuidad, adquiera experiencia y permita ampliar horizontes haciendo cada vez más accesible la Facultad.

Para repasar: la Facultad de Informática viene trabajando hace varios años en el desarrollo de un programa de tutorías para alumnos que se encuentran estudiando en la facultad y que desde la gestión se reconocen como vulnerables[1].

En sus comienzos las tutorías estuvieron asociadas a un programa  promovido por la Secretaria de Políticas Universitarias , conocido como PACENI, cuyo objetivo era “promover que las Universidades Nacionales fortalezcan las condiciones institucionales, curriculares y pedagógicas para el mejoramiento de la inserción, promoción y rendimiento académico de los estudiantes del primer año de las carreras de Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Económicas e Informática.”

Una vez culminado el período del PACENI en la Facultad de continuamos trabajando con el desarrollo de un programa de tutorías propio que, en una primera etapa, también se concentró en continuar trabajando con los alumnos de primer año pero incorporando algunos ajustes al programa original. Para luego, en una segunda etapa, ampliar el alcance del proyecto sumando a los alumnos de segundo año.

En la actualidad nos encontramos con un nuevo desafío: pensar la tutoría orientada a la inclusión y accesibilidad de aquellos estudiantes que, por diferentes discapacidades, ven dificultado, y muchas veces frustrado, su deseo de estudiar en la universidad.

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Caminante no hay camino se hace camino al andar….Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…

            J. M. Serrat

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